lunes, 31 de mayo de 2010

migrantes



...en estos días en que contamos a millones el número de desplazados en el mundo, al mismo tiempo en que el dinero viaja a la velocidad a la que se desintegra la conciencia... en estas horas en que son acribillados a sangre fría los solidarios que llegan hasta la boca del lobo para llevar ayuda a las presas del fundamentalismo sionista, en estos tiempos de indiferencia general ante la barbarie... Yo me mudo también, cojo las maletas y me paso al software de código abierto...
Gracias al Curso de Periodismo Crítico de Diagonal, que nos abrió las ventanas...

Me mudo al blog de los silencios, porque la poesía se escribe cuando ella quiere...

martes, 12 de enero de 2010

After dark

–Quiero decir que yo, entonces, lo veía así. Fuera lo que fuese lo que hubiese ocurrido, mi padre no tendría que haberme dejado solo. No debería haberme dejado huérfano en el mundo. No tendría que haber ido, bajo ningún concepto, a la cárcel. Por supuesto, en aquella época, yo no sabía con exactitud qué era la cárcel. Sólo tenía siete años. Pero me la imaginaba como un enorme armario empotrado. Oscuro, temible y aciago. Mi padre jamás debería haber ido a un lugar así. –Takahashi interrumpe su relato–. ¿Tu padre ha estado alguna vez en la cárcel?
Mari niega con la cabeza.
–Yo diría que no.
–¿Y tu madre?
–Tampoco.
–Tienes suerte. Eres muy afortunada de que la cárcel no haya entrado en tu vida –dice Takahashi. Sonríe-. Aunque seguro que tú no te das cuenta.
–Es que nunca me lo había planteado.
–La gente normal no suele pensar en ello. Pero yo sí.

After dark, Haruki Murakami