Bahía de Pasaia. La canción fue censurada por la discográfica y hasta hace sólo unos cuantos años pudo ver la luz).
Hace ahora 25 años de aquel suceso que el poder mediático se encarga de invisibilizar. Una emboscada de la policía nacional acababa con la vida de Jose María Izura, Pelu; Pedro María Isart, Pelitxo; Rafael Delas, Txapas; y Dionisio Aizpuru, Kurro, miembros de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Todos cayeron acribillados a tiros.
El 18 de marzo de 1984, la joven Rosa Jimeno era arrestada por la Policía española en Donosti. Mediante torturas, y colocándole una pistola en la nuca, la obligaron a telefonear a su casa y a su trabajo para indicar que no aparecería en unos días. Rosa explica que las torturas de la Policía española no cesaron hasta que lograron que la joven concertara una cita con su compañero Kurro. La fijaron para el 22 de marzo a las 22h, en unas rocas cercanas al puerto de la bahía de Pasaia. Tres destellos de una linterna serían la señal acordada para indicar que el lugar "estaba limpio". Llegaron por mar desde la clandestinidad francesa cinco jóvenes junto a Beltza, la perra de uno de ellos. "Había mucho movimiento y los policías, todos con chalecos antibalas, cogían armas y más armas... Yo me puse muy nerviosa y les preguntaba, inocente de mí, para qué querían esas armas, a la vez que les gritaba que me habían prometido que sólo iban a arrestarlos", recuerda hoy Rosa en entrevistas a las otras formas de prensa.
Cuando hacen la señal convenida, se oyó un "¡Alto, Policía!", a la vez que se iluminaron los potentísimos focos del dispositivo y las balas fueron acribillando a los jóvenes, que cayeron al mar tiñéndolo de rojo. Días después, la autopsia contabilizaría 113 proyectiles en los cuerpos de los cuatro militantes.
La barbarie se justificaba como una venganza por el atentado contra Enrique Casas. Joseba Merino, el superviviente de la emboscada, fue acusado de ser el autor material. Él ha pasado 17 años en prisión. Los autores del crimen de Estado que rentabilizó los asesinatos de Pelu, Pelitxo, Txapas y Kurro, nunca fueron citados a declarar ante ningún juez.
Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. (John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions)
Lo que dice Felipe o momentos felices de la vida
-
REALISMO FANTASMAGÓRICO
Lara Moreno, *Por si se va la luz*, Lumen, Barcelona, 2013.
Lara Moreno ha deslumbrado con su primera novela, pero detrás de est...
La cara perfecta
-
Había una vez un muñeco de papel que no tenía cara. Estaba perfectamente
recortado y pintado por todo el cuerpo, excepto por la cara. Pero tenía un
lápiz e...
No hay comentarios:
Publicar un comentario